
La importancia del ejercicio físico en el tratamiento de adicciones.
Aunque la actividad físico-deportiva se está estableciendo progresivamente en la rehabilitación de muchas enfermedades mentales y en la mejora de la salud, su grado de reconocimiento en el área de la drogodependencia es bastante bajo.
¿Qué conseguimos con el deporte?
Podríamos entender la actividad física, el ejercicio físico y el deporte, como instrumentos que pueden emplearse para lograr objetivos terapéuticos en la rehabilitación de drogodependientes. Para ello, esta actividad físico-deportiva está planificada, estructurada y controlada profesionalmente, lo que permite un aumento en los beneficios para el paciente.
A día de hoy existen algunos modelos donde se puede ratificar esta importancia: el Modelo de Salutogenese (1997, 1987). Este modelo considera el bienestar individual en un ‘continuo’ entre salud y enfermedad. Al contrario de otros modelos, este contempla no solo la enfermedad (la adicción), sino también la parte sana del sujeto.
Si el sujeto se acerca a la enfermedad o a la salud (abstinencia y bienestar), influirá no solo en su adicción, si no que depende también de cómo el sujeto pueda regular la situación de estrés a la que se enfrente.
Beneficios de la práctica deportiva en el ámbito de la salud mental.
La actividad físico- deportiva puede fomentar los recursos personales y sociales de la persona con adicción y disminuir los riesgos de recaída. Son ya muchas voces las que relacionan directamente la práctica deportiva con grandes resultados en el ámbito de la salud mental. Aquí os dejamos un excelente artículo de CuídatePlus sobre el tema. Además, el deporte planificado profesionalmente ofrece un campo controlado y protegido en el que se realizan interacciones sociales, así como también confrontaciones con sus propios comportamientos.
Practicar deporte es conocerse a sí mismo y comprender a los demás. El deporte ayuda primordialmente a combatir situaciones de ansiedad, depresión, impulsividad, desmotivación, etc.; al practicar ejercicios físicos se liberan endorfinas que ayudan a sentir una sensación de alegría, felicidad, optimismo, relajación y placer; funcionando como un analgésico natural que, en consecuencia, reduce la ansiedad, estrés e incluso el mal humor.
La realización de actividades físicas y deportivas también ayuda a mejorar la coordinación, el equilibrio, la flexibilidad, la disciplina, la integración en un grupo y, por último, se obtienen beneficios contribuyendo considerablemente a equilibrar el triángulo de la salud (físico-psicológico-social).
Llena de deporte tu tiempo libre.
Uno de los motivos más importantes por lo que la práctica físico-deportiva ayuda a las personas con adicciones, es por todo lo relacionado con su ocio y tiempo libre. Cuando una persona con problemas de adicción se encuentra en un periodo de rehabilitación, puede producirse posibles recaídas a causa de un excesivo tiempo libre, Por lo que el deporte se convierte en una de las herramientas dentro del Método CIAS. Por este motivo, se trata de concienciar a los pacientes para que sean responsable con la necesidad de que ocupen el tiempo libre con hábitos saludables, en contacto con otras personas y que no les lleve a un aislamiento que derive en posibles recaídas. Por tanto, el deporte mejora la calidad de vida del paciente y la hace más saludable.
La aprobación del valor terapéutico de los programas físico-deportivos desde la institución y equipo terapéutico, es fundamental para crear las estructuras y posibilidades necesarias para llevar a cabo una buena práctica deportiva. La integración de los programas, monitor, gimnasio, etc. en el concepto de la institución es sustancial y realizable y por tanto la calidad de los centros aumentan cuando otorgan la importancia que merece la actividad física en esta área.